jueves, 22 de enero de 2009

Reflejo

Miro el espejo y veo un mar profundo en los ojos de aquella figura reflejada. Veo claramente y me doy cuenta que observo a un extraño. Todos los detalles y proporciones de su aspecto me son tan familiares... y a la vez tan desconocidos. Busco una respuesta sumergiendome en ellos; aquellas profundas perlas negras... Quien mejor que yo para identificar y conocer a ese extraño. Producto de su pasado y actual huella de su futuro.
Como otros busca explorar su corazón para en él descubrir su conexión a la vida... Sus amores del pasado no le fueron correspondidos, y aquellos más profundos se ahogan en un mar de poesía jamás escrita y jamás leída por otro mortal. Todo ello dio como fruto a un ermitaño, un hombre solitario en la calidez de su templo buscando manifestar su arte. Ello le ha formado para bien, pero también le ha costado un precio. Su templo es demasiado profundo y por ello el ser explorado por otro ser, es complicado más no pierde la esperanza.
Es un guerrero, es caballero, es ermitaño, es un niño, un artista, un animal, es árbol y fruto; es humano... Lo es todo sin ser nada.
Él es quien tiene que ser; así mismo ese soy "Yo".
Erick Saa C.

martes, 20 de enero de 2009

Recuerdos

No se porque escribo esto, quiza fue porque ya sucedió hace mucho y es un capítulo más en vida que debo dejar pasar... como sea; este texto tiene ya bastante tiempo (años), y bastantes situaciones vivdas; es hora de dejarla pasar. Asi es como todo termino un día, de muchos que siguieron despues...
Esto esta dedicado a una persona especial para mi en esa entonces, una sombra del pasado que ahora solo forma parte de un recuerdo; presento esto como un tributo a ese sentimiento que nos unió algun día de algun pasado.

Entonces, aquel día finalmente lo recorde, todo aquello que había ocurrido entre nosotros. Todo el mundo lo sabía mas esperé mucho tiempo para poder confirmarlo.
Ese día luego de terminadas nuestras diversiones, como muchas veces anteriores, despedimos a los demás y nos quedamos solos los dos al igual que en otras ocasiones. aquello no nos importó y aunque ambos lo negamos sabíamos que los demás solo estaban de complemento. La verdad es que el grupo solo era una excusa para estar los dos presentes, puede sonar cruel pero los demás no eran de importancia, solo eran un motivo para estar juntos.
Y ahí nos encontramos los dos, tras acompañarnos para "nuestra despedida". Nuestra larga charla nos condujo hasta aquella esquina, ambos sabíamos lo que significaba; era hora de tu partida y sin embargo sentí tu necesidad de no querer despedirte. Entonces ocultamos la verdad con una larga charla mientras dejabas pasar tu transporte porque "el tema era entretenido"... y así logramos ocultar la realidad como por un par de horas más. Se hizo tarde y tu telefono empezó a sonar; sabíamos quien era y que esperaba tu regreso. Nuestras miradas se cruzaron mientras el silencio invadía nuestro espacio.
Apareció tu transporte y entristecimos; supe que no tendría otra oportunidad. Mi corazón comenzó a latir fuertemente más mis pies no obedecían. Me miraste fijamente esperando a que algo sucediese, nada ocurrió. Detuviste el taxi y te despediste con un beso en mi mejilla. Me sentí inútil e insignificante. Mientras al taxi, te tome del brazo, no había marcha atrás, y declaré lo que debí haber dicho desde hace mucho. Te sonrojaste y avergonzada te tapaste la cara con ambas manos; lo sabías pero no te lo esperabas. Luego tu reacción fue graciosa, saltabas con todo tu encanto de niña tapandote la cara y diciendo "¡¡¡Sabía que esto pasaría!!!". No te atrevías a mirarme a los ojos pero te tranquilizaste al respirar profundamente. Entonces tomaste mi mano y dijiste "¡Lo siento! no puedo"...
Ambos conocíamos el motivo y pese a saber el problema quise expresarlo todo. Subiste al taxi y me observaste indecisamente, me despedí con un ademán de mano. Entonces, hiciste lo inesperado, cuando el taxi estuvo por partir lo detuviste y saliste directo a mis brazos. Acariciabas mi cara y con una mirada profunda me besabas y pidiendo disculpas por lo acontecido. Pude sentir tu deseo, querías que te acompañe a casa más los dosa sabíamos que él estaría ahí esperando.
Terminados nuestros asuntos, subiste al taxi y te fuiste, ambos sonreímos tristemente. De ahí seguí mis pasos dejando solo nuestro vacio y los recuerdos que invadían aquella esquina.