viernes, 21 de noviembre de 2008

La manifestación de todo aquello que nos rodea es muestra inmensa de amor. Todo contexto conocido por el hombre, y más, es tan solo una mínima parte de la realidad que está por acontecer en nuestras vidas y más allá.
El todo, parte de sus unidades, fue hecha para nosotros quienes lo conformamos; pues todo lo que nos rodea es una creación y como toda creación es una obra de arte única; el crear y lo creado es manifestación del amor puro. El amor que quizá sea la mejor descripción del gran Artesano. Aquel que todo ha esculpido con sus manos.
Así mismo, el humano desconoce aquel sentimiento perfecto, pues su naturaleza errada le aleja de él; más nuestro ser anhela alcanzar aquella perfección, aquella fuente de inspiración. Encontrarlo es parte de la tarea que Dios nos ha encomendado, el tratar de aproximarse a aquel sentimiento es el camino de todo ser creado. Cada uno de nosotros escogemos un camino para poder apreciarlo y llegar a nuestro objetivo; el amor. La cultura, la familia, la religión, etc… son solo parte del camino, una ayuda para evitar desviarnos; más depende de nosotros como recorremos el sendero que hemos escogido; pues no hay un camino igual a otro, cada uno de nosotros somos diferentes; pero no hay que olvidar que todos los caminos conducen al mismo fin.
La gran obra, todo lo creado, se la puede analizar desde la ciencia, desde el arte, la religión o la matemática, hasta de algo tan simple como la cocina; desde lo más lógico hasta aquello insulso o desconocido; pero nos conducirá a aquel sentir por encima de los hombres, pues no hay ser que posea la verdad absoluta. Solo el santo padre, arquitecto de aquello cuanto conocemos.
Es por ello que apreciar cada instrumento; sea solidó, liquido, gaseoso o plasmático; cada situación en nuestra realidad atrapada en tiempo y espacio es sagrado, puro y perfecto pues fue creado como se supone que debió ser creado. De aquí que se aprecie a la existencia misma, pues el don de la vida es el más sagrado que nos pudo haber sido transferido. Es por ello que vivir no es solo nuestra permanencia terrenal sino que es un arte que debe ser aprendido y sentido. Solo aprendiendo a sentir es como comprenderemos nuestra manera de existir.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Del Caballero y su Espada

Cual hechicera posesiona la espada…
Aquella que cayó en mis manos
por azares del camino.
La sentí desnuda y desprotegida,
su hoja pura y bella me demostró su esencia
mas no era completa, algo le faltaba,
algo buscaba…

En mi pesar… le brinde mi ser
para que lo usase como vaina.
Ahora, bajo mis cuidados,
lucía más reluciente todavía.
Aquella bella espada sintió el calor
de las manos del caballero.
No tardamos en unir nuestro sendero.

Por un tiempo compartimos el camino,
Luego fue una conexión de nuestro ser
Paso a complementar mi armadura
Pero no sabía si era digno de su empuñadura
Supe después… que sería la espada
quien elegiría a su portador.

Por mucho tiempo creí me había elegido
Y tal vez así fue, por un tiempo

En combates, me defendió con fiereza
Y cuando no desenfundaba
sentía su dolor de saber que no me era necesaria
en aquel momento

Las lagrimas de la hechicera
resonaban en belleza de su cuerpo de acero
sentía, me necesitaba
poseedora de un corazón afligido
No pasó día en que no la contemplase
Supe corregir las cicatrices de su hoja
A cambio me defendió en mis momentos de baja

¡Oh! dichosa espada
Compartamos la gloria de los combates
Y la unión de nuestro espíritu
Tuya es mi vaina
Esperaré tu elección

Sueños

Estar echado a tu lado
Besando tus labios
Mientras nuestros cuerpos se tocan
Y continúan ardientes nuestros deseos
Las horas pasan
Nuestro único anhelo es el uno del otro
Y querer que sea eterno
Sintiendo tus caricias mientras besas mi cuello
Y yo te tengo entre mis brazos
Cumpliendo todas tus pasiones y deseos.
Ese sentimiento me consume
Desde aquel día
En que tu cuerpo y el mío fueron uno.
Erick Saa C.

jueves, 6 de noviembre de 2008

La Historia del Títere

El Cuento a continuación es un cuento infantil escrito no hace mucho. Si bien está pensado para niños el mensaje es algo muy rescatable que me gustaría compartir con los demás; es además muy simbolica y metafórica, si logran descubrirlo en su totalidad...

LA HISTORIA DEL TÍTERE
Erick Saa C.
Tras largos días de buscar y seleccionar su materia prima, el gran maestro artesano ahora podía continuar su obra. Durante días talló, moldeo, y cortó aquellos pedazos de madera que con ahínco había conseguido. Este era un proyecto suyo algo que deseaba hacer desde hace ya bastante tiempo, hoy fue cuando se dio un tiempo para realizar su obra y su sueño. Tras haber terminado su trabajo, luego de conectar las piezas, el maestro halló que en su forma había creado un pequeño y hermoso títere; no tardó en agarrarle afecto y con gran orgullo le llamó Marcel. Ahora, más contento que nunca, el maestro artesano le dio los últimos toques de pintura a su maravillado muñeco. Habiendo terminado su obra, celebró una fiesta para su pequeño juguete e hizo bailar al mismo tirando de sus hilos.

No tardó en hacerse público y pronto presentó a su pequeña obra maestra en un acto que casualmente había montado. El acto del títere fue gozado con gran alegría siendo así aplaudido el maestro artesano ahora también titiritero.

Durante bastante tiempo, el maestro enseñó sus habilidades como titiritero a todo el pueblo y no hubo quien no se entretuviera por el muy peculiar acto que Marcel representaba. Con el pasó de los años el títere fue acogido muy felizmente por el pueblo.

Tras años de años de actos y bailes, un día el maestro se encontraba sentado en su mecedora mientras tiritaba de los hilos del pequeño títere. Este pareció no desprender el mismo brillo de antes, se le notaba desanimado como si hubiera perdido su encanto. El artesano, observando más profundamente lo halló muy pensativo y triste; pues así mismo Marcel se sentía confundido. El titiritero sintió su dolor y pasó a conversarle:

- ¿Que sucede Marcel? Hoy te noto distinto… puedes hablar conmigo.
El títere miró a su creador y empezó a reclamarle:
- ¡Padre! …¿Por qué me haces esto Padre? Durante años he servido fielmente a tu voluntad, sin oportunidad de seguir mis deseos y tomar mis propias decisiones. Siempre he estado encadenado a tus gustos por culpa de estos hilos desdichados que me sujetan a tu mano y me alejan de mi libertad. ¿Por qué padre? ¿Por qué?
- Hijo mío, tú eres tan libre como se te permite serlo. Gozas del cariño de todo el pueblo y a la vez ellos te permiten expresarte…
- …¡pero no soy yo! Sino tú guiando mis movimientos.
- Estos hilos que tu llamas prisioneros son en realidad aquello que te permite ser y manifestarte; Todos requerimos de un guía para nuestro camino, así mismo mi mano no es opresora sino una guía que te ayudará a existir
- ¡NO!, es que no entiendes que no quiero más eso. Quiero ser yo quien dirija mi vida y quiero dejar de ser manipulado; ¡Quiero ser yo quien tome la decisión de mi seguir! No mas manos ni hilos, solo yo… ¡por favor padre! Te pido mi único favor ¡CORTAME LOS HILOS!

El titiritero viendo los sentimientos de su pequeña creación llora y habla con su pequeña obra para hacerla recapacitar:

- Pero Marcel tú ya eres libre, mira todo lo que puedes hacer, tú nombre es querido y reconocido por todos. No tienes por que abandonarlos.
- Padre, no es como tú dices, no seré libre mientras no sea yo solo poseedor de mi propia voluntad.
- No, todos necesitamos de aquellas cuerdas, pues no hay libertad sin reglas, leyes o cadenas…
- ¡Padre! Te he pedido un favor… no me falles

El maestro comprendió y con gran pena tomó las tijeras de encima de su mesita, y con profundo dolor cortó los hilos uno por uno…

- Haces bien… ¡gracias padre! – dijo Marcel que se sentía liberado

Habiendo terminado, el maestro soltó de su mano los hilos que sujetaban el cuerpo de Marcel, dejando caer a este en el suelo. Una vez en el suelo y creyéndose libre Marcel intentó moverse y no lo consiguió y así una y otra vez, hasta que rendido rompió en llanto:

- ¿Por que? ¿Por que me haces esto padre? ¡No puedo moverme! No puedo hacer nada…
Tristemente viendo a su pequeño y adorado títere en el suelo le respondió:
- Pero si yo no te he hecho nada; hice exactamente lo que me pediste que hiciera… esa es ahora tu libertad propia
- Pero… ¡no puedo moverme!
- Eso mismo quise evitarte, cuando te cree mis ancianas manos te dieron forma, la forma que te di con todo mi corazón fue la un títere. ¿En donde has visto títere que no dependa de sus cuerdas? Al pedirme cortarte las cuerdas, me pediste que te cortara la vida…

El títere en el suelo, viéndose imposibilitado e inmóvil cayó en cuenta de todo aquello que lo hizo ser quien es y de la mano amiga que guiaba aquel espíritu vivo y alegre. No tardó en arrepentirse y lloró lamentándose de su gran error pidió disculpas a su creador y se alegró de haber compartido su vida hasta sus últimos instantes con el titiritero.

El maestro artesano y titiritero luego recogió el cuerpo de su pequeño muñeco y con una sonrisa lo puso sobre su mesita del taller, le extrajo los hilos y se los remplazó por unos nuevos mucho más resistentes.

- Las lecciones mas duras no se les puede enseñar, estas deben ser aprendidas por uno mismo; sin embargo aquel que reconoce sus errores y ama, refuerza sus lazos con su padre…

Marcel ahora más fuerte y vivo que nunca apreció todo lo que el maestro le ofrecía, comprendió una valiosa lección “todos somos libres más no todos aceptamos la libertad que nos corresponde”