viernes, 26 de septiembre de 2008

Divagar... Mi Ser

Divagar... pensamientos... sueños e ideas.
¿hay alguna diferencia?
la única que veo, la marcan los pies que siguen las huellas de sus propios demonios; aquellos que bien utilizados se convierten en ángeles.

Si tu corazón es puro... tontas ideas infantiles.
pero, ¿en que punto deje ser niño?
talvez nunca lo sepa, o tal vez nunca crezca...

Como todo infante, veo en el mundo algo tan fascinante de aquello que todos conocemos sencillo.
Como todo tonto, vivo feliz de la ignorancia de un mundo traicionero.
A la vez traiciono a un mundo honrado y justo... que buscan en su sudor y sangre, la alegría que con gusto yo comparto.

"Usted tiene un don" - me dijeron - "y con ese don usted puede crear o destruir a una persona"
-No... - conteste yo - todos gozamos de esa maldición de distinta manera.
- NO SEAS TONTO... - me repetí a mi mismo - Todo don no apreciado se convierte en maldición.

Por que soy el contrario de tantos, tantos que dicen ser el opuesto de mi persona. Tantos apenados de su ser, que dicen ser los pesimistas y negativos del mundo. Aquellos que exageran mentalmente mis cualidades; creen que soy del lado de la luz mientras todos pertenecen al oscuro. Ahora les digo... soy tan blanco como ustedes y tan negro como todos. ¡¡¡MI ÚNICO CONTRARIO SOY YO!!!

como en un principio... divagar... ideas, pensamientos y sueños... divagar.

A mis maestros...

A - Pero maestro, aún tengo mucho por aprender de usted.
B - No seas tonto, yo ya te di todo lo que necesitas para seguir tu camino
A - Pero... ¿Cómo le haré para practicar si no hay quien guie mis pasos?
B - Es en este punto donde tú verdaderamente aplicarás lo que has aprendido... Solo aquellos con un corazón benevolo son los que continuan su camino y aprenden ellos mismos de sus propios errores. Yo te acompañaré hasta aqui, es en este punto donde nuestros caminos se separan.
A - Pero, tan solo soy un aprendíz... aún no entiendo muchas de las cosas que usted me a enseñado... ¿Cómo espera que continúe yo solo, si ni siquiera pude comprender muchas de sus enseñanzas?
B - Es en el camino donde entenderas y descubriras tú tus propios conceptos... así comprenderás todo aquello a de lo que dudas. Solo así un pupilo se convierte en maestro.
A - Pero... No quiero que se vaya...
B - ¡Es inevitable! al igual que tú, yo también tengo un camino por recorrer. Aún no he terminado de aprender muchas cosas...
A - ¿Cómo sabré diferenciar entre mis ángeles y mis demonios? ¿Y si me desvío del camino?
B - Como toda persona, haz de conocer que nadie puede deshacerse de sus propios demonios o ángeles... pues siempre van juntos, sin embargo es tu corazón quien conoce como utilizarlos a tu favor... mientras sigas sus consejos no hay manera de que pierdas el camino.
A - ¡Maestro!
B - ¡No te preocupes! es normal, que llegado el momento, los maestros abandonen a sus estudiantes para que por si mismos crezcan, pues no hay más que enseñarles. Al igual que mi maestro, que me dejo hace ya bastante tiempo... Despues de todo, dicen que cuando el alumno esta listo, aparece el maestro... lo que no nos dicen es que el maestro necesita del alumno para dejar su legado en esta tierra. Solo así podrá morir feliz, sabiendo que ha cumplido con su destino.
A - ¡Entiendo Maestro!... buen viaje y ¡Gracias!
Erick Saa C.

viernes, 5 de septiembre de 2008

Del caballero y su espada IV

Continúa la tragedia…
Pobre caballero,
que sufre las tajantes heridas de su espada.
Aquella que finalmente se ha convertido en su maldición.

Anhela la belleza de su espada,
Pero poseedor de su empuñadura es un viejo rey.
Y es rey por que la posee.

Es entonces, cuando la agarra del filo,
Más hermosa todavía
A la luz de la luna,
Que resplandeciente, es más tentadora.

El filo se escurre entre sus dedos
Mientras la espada…
Ya ha probado la sangre de quien le correspondía
No le es necesaria la agonía del caballero.

Pobre caballero… que sufre por una espada,
Por aquella que no posee,
Por aquella que se le es negada.

Pobre caballero… que está a la espera de una nueva vaina,
Que no lastime sus ya ensangrentadas manos.
Y que, con el tiempo, cure sus heridas.

Que su filo no le dañe, si no es merecedor de ella
Para así encontrar su arma
Que le brinde su brillantez
Solo a él.