viernes, 26 de septiembre de 2008

A mis maestros...

A - Pero maestro, aún tengo mucho por aprender de usted.
B - No seas tonto, yo ya te di todo lo que necesitas para seguir tu camino
A - Pero... ¿Cómo le haré para practicar si no hay quien guie mis pasos?
B - Es en este punto donde tú verdaderamente aplicarás lo que has aprendido... Solo aquellos con un corazón benevolo son los que continuan su camino y aprenden ellos mismos de sus propios errores. Yo te acompañaré hasta aqui, es en este punto donde nuestros caminos se separan.
A - Pero, tan solo soy un aprendíz... aún no entiendo muchas de las cosas que usted me a enseñado... ¿Cómo espera que continúe yo solo, si ni siquiera pude comprender muchas de sus enseñanzas?
B - Es en el camino donde entenderas y descubriras tú tus propios conceptos... así comprenderás todo aquello a de lo que dudas. Solo así un pupilo se convierte en maestro.
A - Pero... No quiero que se vaya...
B - ¡Es inevitable! al igual que tú, yo también tengo un camino por recorrer. Aún no he terminado de aprender muchas cosas...
A - ¿Cómo sabré diferenciar entre mis ángeles y mis demonios? ¿Y si me desvío del camino?
B - Como toda persona, haz de conocer que nadie puede deshacerse de sus propios demonios o ángeles... pues siempre van juntos, sin embargo es tu corazón quien conoce como utilizarlos a tu favor... mientras sigas sus consejos no hay manera de que pierdas el camino.
A - ¡Maestro!
B - ¡No te preocupes! es normal, que llegado el momento, los maestros abandonen a sus estudiantes para que por si mismos crezcan, pues no hay más que enseñarles. Al igual que mi maestro, que me dejo hace ya bastante tiempo... Despues de todo, dicen que cuando el alumno esta listo, aparece el maestro... lo que no nos dicen es que el maestro necesita del alumno para dejar su legado en esta tierra. Solo así podrá morir feliz, sabiendo que ha cumplido con su destino.
A - ¡Entiendo Maestro!... buen viaje y ¡Gracias!
Erick Saa C.

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