viernes, 13 de noviembre de 2009

¡Exquisita Tentación!

Era normal que sienta ese deseo, naturalmente es una persona y como todos, hay necesidades que el cuerpo pide y quese deben satisfacer. Su abstinencia había sido fuerte y logró evadir su tentación ya por mucho tiempo; sin embargo, y ella misma lo sabía, no aguantaría mucho más tiempo... y debía hacerlo ¡ya!
El lugar no era apropiado pensaba, había bastante gente y entre ellos el docente, los compañeros y amigos; todos en aquella amplia habitación con apenas dos ventanas; y sintió que fue un mal momento para pasar sus clases y talvez hasta debió no haber asistido ese día.
Entonces su mente le jugó bromas muy pesadas y con una expresión inmutable en su rostro comenzó a divagar mentalmente como sería aquel magnífico momento, cuando podría finalmente de una manera u otra colmarse con tal ambición. De no estar ella ahí (y realmente no quería estar), imaginaba que llegaba a aquel lugar donde le esperaría ya listo, suave, con la piel bronceada y exquisitamente sabroso. Deseaba más que nada sentir la tan suave textura de su piel en sus manos y delicadamente acariciarlo un rato para despues llevarselo a los labios; luego lo tomaría para sí misma y así apreciar su contenido tan sabroso que la desbordaría de alegría.
Sus impetuosos deseos no tardaron en dejarla con un apetito peor que al inicio del día, cuando apenas y podía soportarlo. Ahora era ya inevitable y ella comenzaba a sentir el pudor de su imperceptible deseo. Por otro lado más le interesaba salir de aquel lugar tan rápido como sea posible; mientras más antes vaya a su encuentro, más rápido terminaría su tentación y podría felizmente volver a sus actividades cotidianas.
Incluso pensó en escaparse, dado un momento de descuido del docente; sin embargo ella sabía muy bien que la descubrirían y lo que es peor, la descubrirían en busqueda de su placentero bienestar. Pero ya no podía tolerar más; su cuerpo le pedía a gritos lo que ella desde esa mañana anhelaba. Sin emabrgo entre medio de sus dudas sobre si actuar o no, el docente se volvió a retormar la clase dejando a la pobre Marisa sin su oportunidad de oro. Pensó entonces en engañar al maestro, si pedía amablemente retirarse por un instante para ir al baño, ya que es bien sabido que las damas suelen tardarse un tiempo más prolongado que los varones, bien tendría el tiempo de ir a satisfacer su vehemente anbición. Sin embargo ella sabía que aquel docende de imponente tamaño y de marcado acento hispano no era una persona fácil de complacer y peor aún de convencer. Pero sintió confianza en su imagen de prestigiosa e inocente joven dedicada a sus estudios; y tomando el debido coraje, mientras el docente disertaba la materia, se levantó de su pupitre y con paso firme se acercó al catedratico quien por su parte no mostró ninguna reacción ante lo ocurrido. Solo entoces ella, con una voz muy delicada y dulce, le solicitó el tan susodicho permiso para retirarse por un instante. Tal era la sutileza y dulzura con que Marisa pronunció sus palabras que un leve brillo en su mirada expresaba un amén de alegría... pero ello no convenció al docente quienun poco indignado mando de vuelta a su asiento a Marisa. Trató entonces de persuadirlo, pues bien necesitada estaba ella de retirarse, aunque no por los motivos expuestos. Pero de nada le sirvieron sus argumentos falsemente expuestos que lo único que consiguieron fue irritar aún más al muy prestigioso docente con una clase interrumpida. En su desesperación, Marisa ya casi sumisa ante su impotencia con el docente, habiéndose qudado ya sin argumentos, pensó en hablar con la verdad y explicar el verdadero motivo de su tan necesaria retirada; pero entonces calló... si no pudo convencerlo antes, nada conseguiría de tan insensible docente que no comprendería las necesidades de una joven ávida de deseo. Impotente y fastidiada, Marisa algo molesta, volvió a su asiento mientras imaginaba las maldades que bien podría hacerle al docente pero que solo se quedan como oscuros e inconclusos planes ficticios.
Luego su rato de furias pasó al olvido y pronto sus demonios regresaron para atormentarla. En su asiento y sin escuchar una sola palabra de la clase, lentamente venían a ella toda calse de pensamientos, acciones y deseos que no podía controlar. Se imaginaba así misma satisfecha con el solo acto de presencia para su tan magnánimo encuentro. Imagino nuevamente su piel hermosamente bronceada y todos los matices que le esperaban por probar; su antojo era único... no había que le iguale. Su desesperación ya se hizo notoría con una agitada respiración, mientras ella trataba (muchas veces sin lograrlo) de no imaginarse lo que le esperaba luego de su tormentosa clase. Pronto su desesperación se hizo potente y sintía que iba a explotar contra lo más cercano que tuviera... ya no aguantaba más, todas sus barreras físicas y mentales estaban quebradas. Solo entonces, cuando creyó todo perdido, el docente felizmente dio por concluida la clase y todos procedieron a retirarse.
Ella no lo dudó dos veces, solo quería satisfacerse, llenarse... caer en su tan ávida tentación. Pronto agarró sus cosas y las metió en su boslso sin un orden alguno, salió del salón sin importarle que o quienes se encontraban por ahí; su único objetivo era llegar lo más rápido posible. Ya acercándose a su destino, su respiración se hizo cada vez más intensa al igual que sus aspiraciones mentales.
Llegando al lugar, se econtró con un gran barullo de gente movilizándose delante de su tan vehemente tentación; su objetivo estaba detrás de aquella multitud de gente y esta vez no le importó la presencia de otros. Ya sin descuido y sin afectarle el público presente, rápidamenete se abrió paso por entre toda la muchedumbre logrando finalmente llegar hasta el frente. Y entonces, y solo entoces, habiendo llegado felizmente a la meta... compró su tan anhelado chocolate y se fue a comer tranquila.
Naturalmente todos sentimos esa exquisita tentación cuando tenemos ¡HAMBRE!
FIN
Erick Saa C.
Es verdaderamente gratificante y divertido ver lo que puede surgir de una oración tan simple como: "Marisa compra un chocolate porque tiene hambre" osea "alguien hace algo por algun motivo"
Cuando las letras surgen y la musa canta... la pluma hace acto de presencia y los versos emergen en el papel.
Este cuento esta dedicado a una amiga quien me consedió tan sencilla oración, para ti C.C. muchas gracias!!!
Saludos.

1 comentario:

  1. Hermano muy buen cuento, jeje, bastante original y gracioso. Buen blog este que tienes aquí. Me da gusto poder contactar a otros Hermanos DeMolay en el mundo. Seguiré leyendo tus textos.

    Saludos y un abrazo del Capítulo DeMolay México No.1. Héctor Manuel Lujambio Valle. PMC. Orador.

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