¡¡¡Jurar!!!, tan solo palabras que no tienen peso. Palabras que como muchas no quedarán marcadas ni en tiempo, ni en espacio, ni en memoria alguna. ¿¿¿Por que entonces es tan importante??? ¿Por que la necesidad de cumplirla, si como muchas otras, las palabras pueden ser tapadas por más palabras?
Porque esas palabras no salen de la boca, salen del corazón. Un juramento es un contrato con tu alma, firmado por la confianza depositada en ti. Un juramento deja de ser palabras cuando es el corazón quien las pronuncia; faltar al cumplimiento es faltarte a ti mismo ese amor y respeto. Traicionar aquello que te hace puro y noble. Esto no se puede tapar con palabras, por que desde el principio no lo eran.
Es por cuestión de honor... el honor que muy pocas veces se ve representado ante nosotros. Un amor propio y compartido. Pocas veces una persona jurará realmente en su vida o luchará por su amor. Aún así, muy pocas comprenden lo que han realizado; pero las que lo entienden saben que ya no es un compromiso solo terrenal, sino con Dios mismo.
¿por que jurar?
Por ti, como muestra de tu compromiso, afirmarás algo de antemano sabiendo cual es la consecuencia; que como muchas cosas te creará conflictos y problemas que deberás afrontar, pues juraste hacerlo.
¿por que cumplir?
Por ti, como muestra de amor propio y a los demás, ese deseo de ser puro y correcto, sabiendo que siempre habrá consecuencias, que no será fácil. La lucha que realizas para cumplir con tu deber, es el esfuerzo y el amor que demostrarás y presentarás a los demás, o talvés solo a ti pero siempre sera para con Dios; entonces te sentirás completo cuando terminado suspires con una sonrisa mirando al cielo.
No hay juramento pequeño más los hay sencillos; pero no por ello menos importantes. Aun si fuera simple de resolver es algo que deberás si o si realizar, pues está en tu alma el cumplir tu compromiso.
Es imponerte un nuevo sueño, pues como tal harás lo que sea necesario para alcanzarlo; es colocarte a ti mismo una prueba, el deseo de ser mejor, cuyos juez no es nadie más que aquella figura reflejada en los cristales.
Crea sacrificios, sufrimientos, preservará la perseverancia y aún así sabiendo el sufrido camino elegido, continuar con el corazón en mano y a los cuatro vientos gritar:
¡¡¡SI JURO!!!
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